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Prevenir el Colpe de Calor durante el embarazo

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Embarazadas

La alteración de las hormonas durante el embarazo, con el incremento de los niveles de progesterona y estrógenos, hace que la temperatura corporal de las embarazadas suba de manera natural. Si a esto se añade el ascenso de las temperaturas externas, típico del verano, el riesgo de golpe de calor aumenta considerablemente.

El calor hace que los vasos sanguíneos se contraigan con el objetivo de regular la temperatura corporal. Sin embargo, cuando el organismo no consigue refrigerarse de manera adecuada, aumentan las posibilidades de sufrir episodios de deshidratación o golpes de calor, lo que puede afectar al proceso de gestación.

Factores como las temperaturas extremas, la deshidratación o la alta humedad ambiental pueden desencadenar un golpe de calor en las embarazadas, cuyo sistema de termorregulación se encuentra alterado por la propia gestación.

El calor es un añadido a todas las molestias que padecen las mujeres embarazadas, especialmente en el último trimestre. Vivir la recta final del embarazo en verano puede conllevar algunos riesgos derivados de las altas temperaturas, la exposición solar y la deshidratación como: manchas en la piel, hipertermia y edemas. Por este motivo, las mujeres embarazadas deben tomar precauciones y estar atentas a los primeros síntomas para garantizar su seguridad y la del feto.

Entre los principales síntomas de deshidratación o golpe de calor se encuentran:

  • Sensación de fatiga o agotamiento
  • Hinchazón y calambres en las extremidades
  • Taquicardias o palpitaciones debido al descenso de la presión arterial
  • Piel enrojecida
  • Temperatura corporal por encima de los 39,5 º
  • Dolor de cabeza
  • Mareos, vértigo, náuseas y vómitos

Ante la presencia de estos síntomas, es fundamental acudir a su médico para que valore el estado de salud de la madre y el bebé.

¿Cómo puedo prevenir el golpe de calor y aliviar los síntomas que afectan al embarazo?

  • Hidrátate y elige alimentos hidratantes. Es muy importante que te mantengas bien hidratada para evitar sufrir un golpe de calor. Ten siempre a mano una botella de agua para beber con frecuencia, a intervalos regulares.
  • Utiliza ropa ligera, a ser posible de algodón o lino, evitando tejidos sintéticos. Opta por calzado cómodo, de materiales naturales.
  • Utiliza abanicos en lugares donde no haya aire acondicionado.
  • Mantén la casa fresca y bien ventilada.
  • A la hora de comer, consume alimentos frescos como ensaladas y frutas ya que su alto contenido en agua es elevado y ayuda a mantener la hidratación. Evita comidas copiosas y pesadas, tanto en grasas como con alto contenido en azúcares.
  • Usa crema protectora con factor superior al 40, al menos 20 minutos antes de exponerte al sol y repite la aplicación cada hora.
  • Evitar los rayos solares entre las horas de mayor intensidad (entre las 11 de la mañana hasta las 16 horas).
  • Con el calor intenso, los pies suelen hincharse, debemos practicar ejercicio físico con regularidad, en las horas más frescas del día, y adecuados a tu forma física y al momento de la gestación en que te encuentres, son muy indicados los ejercicios en la piscina, yoga, pilates o caminar.
  • A la hora de dormir, eleva ligeramente los pies colocando un almohadón o unos cojines y procura mantener la habitación lo más fresca posible.

 

Es muy importante tener en cuenta que durante la gestación las necesidades de líquido aumentan, el Instituto de Investigación Agua y Salud (IIAS), de acuerdo con la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), recomienda añadir 300 ml/día respecto a las mujeres no embarazadas de la misma edad (ingerir entre 2,5 y 3 litros al día).

Y, en caso de producirse un aumento de la actividad física o residir en zonas con ambientes cálidos y secos, estos requerimientos aumentarán. En este sentido, por norma general, se recomienda la ingesta adicional de 400 – 500 ml por cada grado de temperatura superior a 38°C o en ambientes con una humedad relativa de más del 50%

Una correcta hidratación es fundamental para favorecer el transporte de nutrientes por el sistema circulatorio hasta el bebé y eliminar toxinas a través de la orina. Llevar a cabo unas pautas adecuadas de hidratación que garanticen un equilibrio hídrico corporal constante es de vital importancia tanto para la salud y el bienestar del feto como de la madre.

 

Infografía para embarazdas