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Prevenir el Golpe de Calor en los más mayores

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Con la llegada del verano y de las altas temperaturas es fundamental evitar el golpe de calor en las personas mayores, y sobre todo en las personas mayores dependientes, un colectivo que tiene mayor riesgo de deshidratarse.

Es especialmente importante evitar el golpe de calor entre las personas mayores. En este sentido, la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG) recuerda que los mayores de 65 años corren más riesgo de sufrir un golpe de calor, al presentar, en un porcentaje importante, alteraciones del centro termorregulador que producen una menor sensación de calor que no activa la necesidad de protegerse de altas temperaturas.

Es necesario adoptar medidas especiales para proteger a colectivos vulnerables, como personas mayores, pluripatológicas y con enfermedades crónicas, ya que con los años se produce una disminución de la percepción de sed lo que conlleva un alto riesgo de deshidratación, especialmente en los mayores que sufren una enfermedad neurodegenerativa, sobrepeso, enfermedades crónicas o tienen prescritos fármacos que favorecen dicha deshidratación

Desde el Comité Científico del IIAS se hace hincapié en que cuando la temperatura del cuerpo rebasa los 41 grados se produce un proceso conocido como hipertermia, que altera los mecanismos de regulación térmica de nuestro organismo y origina el cuadro conocido como golpe de calor.

El Golpe de Calor se puede definir como una situación en la que el organismo humano no puede responder ante las altas temperaturas por lo que tiene graves repercusiones que, en los casos más severos, pueden provocar un fracaso orgánico irreversible. Por ello, es fundamental saber detectar los síntomas de la hipertermia o Golpe de Calor, como son:

  • Dolor de cabeza.
  • Sensación de boca seca
  • Ausencia de sudoración
  • Náuseas y vómitos
  • Sensación de mareo
  • Presencia de escalofríos
  • Piel seca y enrojecida
  • Calambres musculares en brazos, piernas o vientre

 

Tal y como explica el Dr. Francisco Maraver, profesor titular la Cátedra de Hidrología Médica de la Universidad Complutense de Madrid – UCM, si la temperatura exterior es muy alta y las pérdidas de líquidos no se reemplazan de forma adecuada, se inicia un proceso de deshidratación, en el que la presión arterial desciende, aparece sensación de debilidad e incluso calambres musculares.

Una situación que debe corregirse porque si ese cuadro no se corrige debidamente y progresa, se pierde la capacidad de sudoración y la piel presenta un aspecto seco y enrojecido, la temperatura corporal asciende progresivamente hasta cifras que superan los 40 grados, entrando en una situación de hipertermia y, en caso de que el proceso progrese, se puede llegar a una situación de shock hipovolémico en el que se produce un fallo de los distintos órganos y sistemas, observándose, en los casos más graves, episodios de convulsiones y una disminución del nivel de conciencia que puede provocar el coma.

¿Cuánto y cómo deben hidratarse nuestros mayores para prevenir el Golpe de Calor?

El IIAS recomienda que las personas mayores, sin patología que indique restricción de líquidos, beban entre 2 y 2,5 litros de agua al día, distribuidos en distintas tomas, cada dos horas, para que su equilibrio hídrico sea constante durante todo el día. Una buena distribución de la ingesta diaria de agua podría ser:

  • Uno o dos vasos al levantarse
  • Tres vasos durante la mañana
  • Dos vasos en la comida
  • Uno o dos vasos durante la tarde
  • Un vaso en la cena
  • Un vaso al acostarse

Hay que tener en cuenta, además, que en verano o cuando las temperaturas superan los 37ºC, debemos incrementar la ingesta diaria de agua en 300 ml (casi un botellín de Agua Mineral) por cada grado que aumente la temperatura.

Dado que las personas mayores tienen una menor sensación de sed, los expertos del IIAS recomiendan ciertos “trucos” para estimularles a  aumentar su ingesta diaria de agua:

  • Añadir unas gotitas de zumo de limón al agua.
  • Ofrecer gelatinas caseras de distintos sabores.
  • Incrementar la ingesta de frutas y hortalizas., especialmente aquellas con un gran contenido en agua como son la sandía, melón, kiwi, naranjas, pepino, lechuga, espinacas, etc.
  • Tener cerca y al alcance una botella de Agua Mineral para recordar la necesidad de beber agua y, además, sirve de gran ayuda para saber qué cantidad han ingerido a lo largo del día.

¿Cómo pueden prevenirse los golpes de calor en las personas mayores y especialmente en mayores dependientes?

Para prevenir la deshidratación en mayores y especialmente en verano, hipertermia o golpe de calor, desde el Instituto de Investigación Agua y Salud se recomienda:

  • Un buen aporte de líquidos. La falta de sed es engañosa, por lo que se debe consumir frecuentemente agua,  zumos de frutas o limonada aunque no se tenga la sensación de sed; y evitar el consumo de bebidas alcohólicas.
  • Las comidas deben ser ligeras lo que permite digestiones más livianas y preferiblemente con alimentos ricos en agua.
  • Evitar la exposición al sol con temperaturas elevadas, sobre todo en las horas de mayor intensidad (12-18 horas) y con una humedad relativa alta (mayor del 60 por ciento).
  • No realizar ejercicio ni deportes que aumenten el esfuerzo y la sudoración en momentos de más calor.
  • Mantener la casa o estancia fresca y ventilada.
  • No permanecer en vehículos estacionados o cerrados durante mucho tiempo.
  • Evitar llevar ropa ajustada y elegir tejidos ligeros, como el algodón y de colores claros, preferentemente.
  • Es recomendable, además, el uso de sombreros o gorras que protejan nuestra cabeza del sol.