Para los estudiantes, “junio” es sinónimo de exámenes: largas horas del día frente a libros, folios y pantallas de ordenador, para conseguir un fin concreto: aprobar. Sin embargo, conseguir ese objetivo no requiere solo de constancia. Cuidar nuestro organismo durante este periodo es otro de los grandes requisitos imprescindibles para alcanzarlo ¿Quieres que te contemos cómo?
En la biblioteca, en casa… Sea donde sea que se estudie, “tener a mano una botella de Agua Mineral, e ir bebiendo pequeños sorbos de agua, cada 20-30 minutos, ayuda a mantener la atención y la memoria”, explica Silvia Álava, psicóloga y autora del informe científico “Rendimiento cognitivo, hidratación y agua mineral natural”.
Y es que, en el cerebro, el agua constituye hasta un 85% y, especialmente en épocas de estudio, este órgano gasta una enorme cantidad de energía, por lo que, mantener una hidratación adecuada a lo largo del día constituye un aspecto esencial para el mantenimiento de las principales funciones cerebrales que se producen en nuestro organismo.
Por esta razón, adquirir un buen hábito de hidratación a lo largo de todo el día puede convertirse en uno de nuestros grandes aliados a la hora de enfrentarnos a los exámenes de junio.
Afortunadamente, los expertos aseguran que hidratarse en las horas de clase se ha convertido en algo habitual para muchos estudiantes. En concreto, Santiago Moll, profesor y autor del blog “justificaturespuesta.com”, asegura que “a lo largo de mis casi 20 años impartiendo clases en Secundaria y Bachillerato, puedo afirmar que ha habido una mejora significativa en lo que al hábito de hidratación se refiere”. Además el formador señala:
Cada vez son más los propios alumnos que incorporan en sus mochilas, además de su desayuno, botellitas de Agua Mineral, de las que suelen beber entre clase y clase. Atrás ha quedado cuando solo bebían agua en la hora del patio, o después de practicar alguna actividad física.
Para garantizar que las funciones cognitivas básicas se encuentren a pleno rendimiento y mantener la atención a lo largo de la jornada de estudio, Silvia Álava recomienda “no esperar a tener sed, ya que esta ya aparece cuando existe en nuestro cuerpo un 1 ó 2% de deshidratación, y con estas cifras ya se puede producir un descenso en nuestro rendimiento frente al estudio”.
Entre los síntomas más comunes que el estudiante puede experimentar ante esta situación, se encuentran “un incremento de la lentitud a la hora de procesar la información y dificultades a la hora de mantener la concentración”.
Para el autor del blog “justificaturespuesta.com”, seguir unas pautas de vida saludables constituyen el compendio de ayuda para asegurar un máximo rendimiento en época de exámenes. Entre los más importantes, se encuentran, “una alimentación basada en la Dieta Mediterránea, la práctica de actividad física, un correcto hábito de sueño y, por supuesto, una adecuada hidratación”.
Para adquirir el hábito de hidratación en el estudio, “la concienciación desde los centros educativos” es fundamental, destaca Moll. Generalmente, explica, esta se realiza a través de sesiones formativas impartidas “por el tutor o tutora del curso, o bien por personal externo a los centros y especialistas en temas de nutrición”.
En concreto, muchos de los estudiantes con edades comprendidas entre los 12 y 15 años “ya vienen de la etapa de Primaria con la costumbre de traer a clase una botellita de agua. Esto nos demuestra que el hábito de una correcta hidratación es un tema que, desde Primaria e, incluso, desde Infantil, ya se tiene muy en cuenta”, explica Santiago. A este respecto, el profesor añade que:
Llama la atención cuando entras a primera hora de la mañana a tu centro educativo y ves cómo muchas de las mochilas tienen en su lateral un espacio para colocar botellitas de Agua Mineral, y cómo este es utilizado por un buen número de alumnos.
Lo importante a la hora de estudiar es que “el cerebro funcione correctamente”, asegura Silvia Álava. Para ello, recomienda “beber unos 8-9 vasos de agua pero, eso sí, en pequeños sorbos, distribuidos a lo largo del día, evitando así el error frecuente de beber todo el agua de golpe, lo que nos puede causar posibles problemas y molestias de estómago”.
Tanto Santiago como Silvia coinciden que, para que esta ingesta se realice de manera periódica, es importante que los estudiantes tengan en su mesa de estudio una botella de Agua Mineral y, además, “que la temperatura de esta no sea fría, sino natural”, señala Moll. “Beber agua fría retrasa el proceso de digestión y se emplea más energía para regular la temperatura del cuerpo”, añade.
Entre los beneficios de una hidratación adecuada, Santiago destaca que:
- Ayuda a controlar la temperatura corporal.
- Evita la deshidratación.
- Favorece el correcto funcionamiento de los riñones.
- Ayuda a la eliminación de los residuos del cuerpo.
- Previene posibles lesiones musculares.
- Nos ayuda a mantener nuestro nivel de concentración y la eficacia en la capacidad de memorización y resolución de problemas.
Pero, ¿Qué hacer en el caso de que nuestros hijos olviden a menudo la necesidad de beber agua en época de exámenes? En primer lugar, Moll aconseja que “los adultos debemos ser un ejemplo, por lo que es muy importante que vean que nosotros también nos hidratamos correctamente” y, en segundo lugar “darles a conocer la importancia que una adecuada ingesta de agua puede tener a la hora de enfrentarse a sus exámenes”, añade Álava.
Para ello, ¿te animas a compartir con ellos este artículo?
¡Suerte en los exámenes!