Comienza la época de campamentos estivales y cantidad de mamis se preguntan: ¿es necesario que mi hijo vaya a uno? La respuesta es sí. Es conveniente que los niños acudan a ellos, puesto que allí completan etapas muy importantes de su aprendizaje, desarrollan sus habilidades sociales en contacto con otros niños, experimentan nuevas situaciones y se relacionan con la naturaleza.
¿Desde qué edad es recomendable? A partir de los siete años los niños ya están preparados para empezar a pasar noches fuera sin sus padres.
Una cuestión que preocupa a las madres novatas es ¿Qué meto en la maleta? ¿Qué necesitará mi hijo durante su estancia en el campamento? El primer consejo: mejor una mochila que una maleta, los niños la transportaran más fácilmente una vez lleguen a su destino. Cuanto más ligera sea, menos peso tendrán que cargar, así que no conviene sobrecargar a los niños con cosas innecesarias que pesen.
Lo ideal es preparar juntos la mochila, de este modo los niños sabrán exactamente lo que llevan y donde lo llevan. En cuanto a la ropa, para quince días no hace falta meter un conjunto diferente para cada día, recordemos que no queremos cargar con exceso de peso sus espaldas. Con unas seis camisetas, cuatro pantalones cortos y un par de pantalones largos se pueden arreglar de maravilla. Están en el campo y no pasa nada porque repitan modelito o porque se pongan algo con una mancha.
No metas su mejor ropa porque puede estropearse. Las niñas es mejor que también lleven pantalones, por comodidad. Incluye también un par de sudaderas porque a las noches siempre refresca, y un chubasquero, por si llueve. De ropa interior y calcetines, mete un cambio para cada día. Como seguramente irán a alguna piscina, o playa cercana, no olvides un par de bañadores y una toalla grande. Y por supuesto, un pijama.
Asegúrate de marcar todas las prendas con su nombre para evitar pérdidas, y añade un par de bolsas de tela, para que puedan meter en ellas la ropa sucia.
El calzado ha de ser lo más cómodo posible, bastará con dos pares de zapatillas deportivas y unas chanclas que puedan usarse tanto para la piscina como para las duchas. Depende de donde sea el campamento puede ser útil también, incluir un par de botas de montaña.
Imprescindible llevar una gorra y una buena crema solar con un factor de protección alto y fácil de extender, para que los niños se la puedan aplicar solos. Y por supuesto, no olvidéis el neceser con los útiles de aseo.
La importancia de la hidratación durante esos días
Y por supuesto, debemos atender especialmente a su salud. En estas épocas calurosas, es importantísimo que los niños mantengan una adecuada hidratación, por lo que no debemos olvidar incluir para su viaje una botella de Agua Mineral y educarles en la importancia de hidratarse durante las actividades físicas.
Aunque la mayoría de los campamentos cuentan con seguro de accidentes es conveniente que el niño lleve una fotocopia la tarjeta de la Seguridad Social por si acaso. Si es alérgico a algo, o diabético, o tiene algún tipo de intolerancia, o necesita medicarse por algún motivo, es indispensable que se le comunique a los monitores y es aconsejable que lleve por escrito las instrucciones, explicaciones y dosis pertinentes.
No te aconsejamos que lleven nada de valor: pulseras, anillos, pendientes, ni mp3 o mp4, maquinitas electrónicas o móvil. El campamento facilitará números de teléfono para poder estar en contacto y tampoco hace falta hablar con ellos todos los días.
Pon en práctica todos estos consejos y tu hijo disfrutará de unas vacaciones felices y cómodas. Si tienes algún consejo que añadir o conoces algún truco para preparar la mochila, coméntanoslo sin dudarlo. Estamos deseando conocer tus opiniones y anécdotas al respecto.
