Con el inicio de curso todavía reciente, nos gusta hacer algún plan en familia y propósitos nuevos para realizar. Nuestro blog quiere sumarse a esa inercia emprendedora y proponerte un nuevo proyecto: conseguir una hidratación perfecta para toda la familia.
Recordamos una vez más la importancia de mantenernos bien hidratados, puesto que nuestro organismo necesita ingerir diariamente la cantidad de agua necesaria para funcionar correctamente, tanto a nivel físico como mental.
Estamos formados por agua. En la edad adulta el agua representa el 70% de la masa corporal, proporción que aumenta en la infancia al 80% y que disminuye en la vejez hasta el 60% en hombres y el 50% en mujeres.
Por ello es fundamental que toda la familia, padres, niños y abuelos, beban los litros de agua recomendados para cada edad. Hay que prestar especial atención a que lo hagan los bebés y los ancianos. Ya que los mayores, al envejecer, sufren alteraciones en el mecanismo que les avisan de la sensación de sed y debemos recordarles que beban agua. Y los bebés aún no tienen la capacidad de poder pedir el agua cuando tienen sed, ni pueden alcanzarla por sí solos, por lo que dependen de nosotros totalmente.
Vaso arriba, vaso abajo, dependiendo del sexo y de la edad, la cantidad aproximada de agua que debemos beber al día son ocho vasos.
Por eso, tener siempre cerca nuestra botella de Agua Mineral, nos ayudará a distribuirlos a lo largo del día en varias tomas:
- Nada más levantarnos tenemos que beber dos vasos de agua, para empezar el día de la manera más sana.
- Una media hora antes de comer, tomaremos otro vaso para facilitar la digestión.
- Durante la comida, un vaso.
- Por la tarde ingeriremos dos vasos más o, lo que es lo mismo, una botella pequeña de agua (50 cl). Otro más en caso de hacer deporte o ir al gimnasio, para reponer rápidamente el líquido perdido durante el ejercicio.
- Antes de la cena o durante ella, tomaremos otro vaso
- Por último, antes de acostarnos podemos dejar nuestra botellita de Agua Mineral sobre la mesita de noche para recordar beber un último vaso de agua que mantenga hidratado nuestro cuerpo mientras dormimos.
Nuestro plan en familia consiste en monitorizar esa ingesta de agua y poder controlar si los niños, abuelos e incluso nosotros mismos, tomamos los ocho vasos diarios recomendados.
Para ello, haremos un mural que pegaremos en la pared o sobre un corcho. En él dibujaremos un cuadrante, donde distribuiremos por un lado las horas del día en las que tenemos que beber el agua: primera hora de la mañana, media mañana, comida, tarde, noche.
También añadiremos otra casilla donde pondremos deporte. Y por otro lado, pondremos el listado de nombres de los miembros de la familia para ese plan en familia. Repetiremos el cuadrante para cada día de la semana.
De esta forma podremos ir marcando en cada cuadrado los vasos que hemos tomado durante el día. Podemos pegar unas pegatinas de colores (una diferente para cada miembro de la familia), o hacer una cruz con rotuladores de colores.
De esta manera tan sencilla, controlaremos los resultados semanales, comprobaremos si todos los miembros de la familia llevamos una hidratación correcta y podremos crear también un hábito saludable. Incluso se pueden dar premios por conseguir cumplir el objetivo propuesto.
Una forma sencilla y divertida de plantarle cara a la deshidratación e implicar a toda la familia. Para lograr tu meta no olvides llevar siempre contigo un botellín de agua, al trabajo, al gimnasio, en el bolso… y no olvides meterles a los niños otro en sus mochilas del cole.
Este otoño, tu hidratación más controlada que nunca. Si se te ocurre alguna otra idea para monitorizarla, ¡compártela con nosotros!
