La selectividad es un momento de gran esfuerzo intelectual que requiere estar en un estado óptimo tanto físico como mental. Estrés, muchas horas frente a los apuntes, falta de sueño y ansiedad hacen que muchos estudiantes dejen a un lado los buenos hábitos alimenticios y, sobre todo, su hidratación, tan esencial por la influencia que tiene en su rendimiento.
¿Sabías que cuanto mejor hidratado estés, mejor rendirás en tus exámenes de Selectividad? Recuerda que la hidratación influye en la concentración, memoria y capacidad visual; y que la deshidratación provoca cansancio, dolor de cabeza, dificultad de concentración… ¡No dejes que esto te ocurra! Te vamos a dar unos consejos que te cargarán de energía.
Consejos para afrontar el día clave
- Buen desayuno. ¡Empieza el día con un buen homenaje! Es aconsejable un desayuno compuesto por lácteos, cereales, proteínas y una pieza de fruta.
- Confía en ti mismo e intenta relajarte. ¿Te dan palpitaciones o se te acelera el ritmo cardíaco? ¿Cómo puedes controlarlo? Conciénciate de que vas a superar con éxito todas las pruebas. Una buena opción consiste en hacer ejercicios de relax.
- Desconecta entre los diferentes exámenes. Entre prueba y prueba solemos comparar las respuestas con nuestros compañeros de clase. ¡Error! Los comentarios podrían empeorar tu estado de ánimo, así que guarda tus energías y confianza. No merece la pena darle vueltas; lo hecho, hecho está…¡adelante con la siguiente prueba!
- Lleva en la mochila una botella de Agua Mineral. Mientras estudias o haces los exámenes, necesitas una dosis extra de hidratación. Por eso, beber pequeños sorbitos de agua durante el examen te ayudará a reducir la ansiedad y a mantener la concentración. Además, según un estudio elaborado por investigadores de la Universidad de East London y la Universidad de Westminster, los estudiantes que beben agua durante las pruebas obtienen mejores calificaciones y rinden mejor que quienes no la llevan. Así que… ¡no olvides tu botellín de Agua Mineral Natural!
Ritual de los días previos
- Dormir mínimo 8 horas. Dormir menos supone una disminución de la productividad y concentración. Es muy habitual que los nervios nos dificulten conciliar el sueño los días previos a un examen. Si es así, toma una infusión relajante o da un paseo antes de irte a la cama. ¡Te relajará!
- Dedicarse a repasar. El éxito consiste en hacer una correcta planificación de estudio y dejar los días previos sólo para repasar. ¡Nada de darse atracones a última hora!
- Hacer descansos cada dos horas para despejarse. Es muy recomendable estirar las piernas, pasear y tener siempre cerca una botellita de agua mineral que nos permita hidratarnos en cualquier momento y lugar.
- Ingerir comidas equilibradas, variadas y poco copiosas. No te olvides de aportar carbohidratos a tu dieta. Podrás encontrarlos en el pan, cereales, fruta y verdura. Te ayudarán a hacer las digestiones.
- Beber mucha Agua Mineral. Varios estudios han constatado que beber agua durante los exámenes mejora la capacidad de concentración, visual y razonamiento. Recuerda que son momentos de mucha tensión en los que podrías sentirte algo mareado. Por eso, te vendrá bien beber agua para no deshidratarte.
- Practicar deporte. Si sueles hacer ejercicio habitualmente, haz un huequito en tu agenda, ¡te ayudará a liberar tensiones y mantener tu mente libre de preocupaciones!
Se recomienda beber entre 2 y 3 litros de agua al día en temporadas de gran esfuerzo mental. Las pérdidas de agua del 2% en tu cuerpo pueden disminuir la memoria y la atención, y a partir del 3% aparecen los dolores de cabeza. ¡No esperes a tener sed!