La adolescencia es una etapa muy importante de la vida. Comprende el final de la infancia y el inicio de la edad adulta, momento en que se completa el desarrollo del organismo. Los niños dejan de ser eso, niños, y atraviesan por muchos cambios para alcanzar la madurez física y mental.
Por ello, la adolescencia, es el momento de reforzar ciertos hábitos y actitudes saludables. Probablemente será la última oportunidad que tengamos como padres y/ o cuidadores de inculcarles normas alimenticias y consejos para mantener la salud antes de la instauración de hábitos adultos, que ya serán definitivos.
La mayor parte de los cambios que se producen son fisiológicos y el organismo está terminando de desarrollarse. Por eso los requerimientos nutricionales durante esta etapa son muy elevados. De esta forma, es necesario llevar una adecuada alimentación e hidratación, que garanticen el aporte suficiente y que no tengan carencias que puedan producir alteraciones o trastornos de la salud.
Por la demanda asociada al crecimiento, las chicas de 12-14 años tienen unas necesidades nutricionales superiores a las de sus madres. Y en los chicos de 16 ya son superiores a las de sus padres.
Recomendaciones saludables en la adolescencia
Es difícil establecer unas recomendaciones estándar en cuanto a sus necesidades de nutrientes en los adolescentes, debido a las peculiaridades individuales de cada uno de ellos, pero la estadounidense Food and Nutrition Board of the National Research Council y la Organización Mundial de la Salud (OMS) han establecido unos requerimientos generales y unas pautas a seguir, en función del peso, edad y sexo.
Esta etapa es también el momento de asegurarnos de que los adolescentes conocen cómo y por qué deben alimentarse e hidratarse bien y qué riesgos corren cuando modifican sus pautas y hábitos alimentarios. Entre ellos, el riesgo a sufrir deshidratación, si no beben la cantidad de agua necesaria diariamente.
Desde el año hasta los 12, en el inicio de la adolescencia, el 60% de su peso corporal es agua, y desde los 12 a los 18 años. Un 56 o 59%, según sean chicas o chicos. Las necesidades de ingesta de agua alcanzan los 1.300 a 1.440 mililitros diarios, de los 9 a 13 años, y la cantidad de 1.400 a 1.750 ml. en los mayores de 14 años, según sean varones o mujeres.
Por ello, no pueden faltar las menciones a la importancia de una adecuada ingesta de agua para mantener un buen nivel de hidratación. Recalcándoles la necesidad de beber agua sin esperar a tener sed puesto que, como señalan los expertos, cuando aparece es un síntoma de que ya estamos deshidratados.