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Piel joven e hidratada

Nuestra piel cambia a medida que envejecemos, y también a lo largo de las estaciones del año, dado que  pasa por diferentes temperaturas y procesos que se reflejan negativamente en ella.

No somos joven eternamente, las claras señales que nos deja el paso del tiempo como las arrugas, la falta de elasticidad, las manchas y la tirantez  no deben preocuparte. Es un proceso natural y poco podemos hacer para cambiarlo. Sin embargo, unos cuidados básicos son suficientes para mantener nuestra piel hidratada durante todo el año. Así que lo principal es la constancia y conocer al dedillo cómo podemos aportar hidratación a nuestra piel a lo largo del día para mantenerla sana.

Nuestra dermis es nuestra marca de identidad, por eso tenemos que darle la importancia y el cuidado que se merece. Todo nuestro cuerpo necesita agua, y la piel no es una excepción. En la mujer el agua es vital para reducir los efectos del envejecimiento; humecta los órganos internos, cumple la función de barrera protectora, elimina las toxinas del cuerpo y da elasticidad a la piel.

Existen cosméticos necesarios para mantener la juventud del rostro como las mascarillas, sérums, cremas hidratantes…  pero primero de todo tenemos que identificar cual es nuestro tipo de piel, olvidarnos de algunos mitos, y a partir de ahí, elegir o comprar las cremas más acordes a nuestras necesidades.

Luce un piel joven, fresca y sana

Por ello, si quieres que tu piel luzca sana y fresca, ten en cuenta estos cuatro consejos básicos de cuidado:

  • Limpieza e hidratación. La piel del rostro es muy sensible, pero debe limpiarse e hidratarse diariamente. Los momentos más efectivos para hidratar la piel son la mañana y la noche.
  • Tonificación: un paso olvidado pero muy importante para recuperar el pH alterado con las limpiadoras. Para las pieles grasas es astringente y en pieles secas evita la irritación.
  • Exfoliante: la piel joven se regenera cada 14 días, este proceso se alarga con la edad. A partir de los 20 años es importante ayudar a este proceso con exfoliantes suaves que retiren las células muertas que entorpecen la regeneración.
  • Bebe mucha agua. Nuestro cuerpo pierde mucha agua a lo largo del día. Lo aconsejable es consumir entre 2 y 3 litro diarios. El agua actúa como hidratante y transportador de nutrientes y otras sustancias en el organismo, a la vez que proporciona soporte para toda la actividad celular.

No podemos olvidar que la alimentación es también otro aliado fundamental para nuestra piel. Mantener una dieta equilibrada, hacer ejercicio regularmente y dormir las horas necesarias ayudan, y mucho. También te proponemos darte un capricho de vez en cuando en algún balneario, dado que sus aguas mineromedicinales mejoran muy positivamente la hidratación de la piel.

Ahora que ya conoces los puntos fundamentales para mantener saludable tu piel, cuéntanos, ¿Qué haces tú para mantener hidratada tu piel?

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