La diabetes se presenta cuando existe un exceso de glucosa en la sangre. Su presencia, ligada en muchos casos a estilos de vida relacionados con la mala alimentación y el sedentarismo. Está experimentando, en los últimos años, un importante incremento en niños y adolescentes. ¿Qué papel juegan los padres, educadores y personal sanitario a la hora de ayudar a los más pequeños a tratar esta patología?
“Normalmente, la diabetes tipo 1 es la que suelen padecer los niños y jóvenes, ya que es la que habitualmente aparece durante la infancia o la juventud, aunque también se diagnostica en personas adultas. Por lo que se refiere a la diabetes tipo 2, en cambio, es más habitual en personas mayores de 45 años”, explica Andoni Lorenzo, presidente de la Federación Española de Diabetes (FEDE).
No obstante, “los cambios de los estilos de vida, relacionados con la alimentación y el sedentarismo están haciendo que se incremente el número de casos de diabetes tipo 2 entre niños y adolescentes”, añade Andoni.
Según el presidente de la FEDE, “la diabetes, tanto de tipo 1 como de tipo 2, es una enfermedad crónica. Y, por lo tanto, acompaña al paciente a lo largo de toda su vida. En el caso de la diabetes tipo 1 no se conocen las causas exactas que provocan su aparición. Aunque los investigadores apuntan a una mezcla de factores genéticos y víricos. Que hacen que el sistema inmunitario del paciente ataque al funcionamiento del páncreas, que produce la insulina necesaria para la regulación de los niveles de glucosa en sangre”.
Respecto a la diabetes tipo 2, Lorenzo explica que “se presenta a través del desarrollo de una cierta resistencia a la insulina por parte del organismo. O a una producción insuficiente de la misma para el control de la glucemia. En este caso, se ha demostrado que algunos factores muy estrechamente relacionados con la patología son los malos hábitos de vida referentes a alimentación, actividad física, etc”.
Importancia de la alimentación en la diabetes
Cuando la persona con diabetes es un niño, la alimentación más recomendada “es aquella que le permita desarrollarse correctamente. Y, a su vez, controlar sus niveles de glucosa en sangre, para evitar en la medida de lo posible las complicaciones que se derivan de la patología”, explica Andoni.
Pero, ¿Cómo conseguirlo? “Cada joven paciente y su familia deben atender a las pautas específicas sobre alimentación de su equipo sanitario de referencia. Pero a nivel general, podemos decir que una alimentación adecuada para el control de la diabetes debe estar basada en el consumo de verduras y frutas frescas, pescado y carnes magras, cereales integrales y legumbres. Evitando aquellos productos con un alto contenido en azúcares y grasas.
Se trata, en definitiva, de seguir una dieta saludable. Y, en el caso de los niños con diabetes tipo 1, se recomienda también establecer una buena planificación y el cálculo de las raciones de hidratos de carbono que se ingieren. Para establecer las dosis de insulina necesarias”.
Nutrición y salud
En este aspecto también coincide Jesús Román, experto en Nutrición y secretario del Comité Científico del Instituto de Investigación Agua y Salud (IIAS), quien destaca que “el gran ejemplo de alimentación saludable es el que marca la Dieta Mediterránea, basada en la ingesta de todos los alimentos, en cantidades adecuadas y moderadas, evitando la ingesta de grasas y azúcares y, por supuesto, sin olvidar la ingesta de 2-2,5 litros diarios de agua, repartidos en pequeños sorbos, distribuidos a lo largo de la jornada, para asegurar así la adecuada hidratación de organismo”.
En el caso concreto de los niños con diabetes, además, seguir unas pautas adecuadas de hidratación es fundamental para el control de esta patología. “Ya que las situaciones de hiperglucemia favorecen la pérdida de líquido a través de la orina, que debe reponerse para evitar la deshidratación. Además, es especialmente importante vigilar la ingesta de agua en los niños y jóvenes ante la práctica de ejercicio físico y en los meses más calurosos del año. Teniendo presente la necesidad de hidratarse incluso antes de sentir sed”, destaca Lorenzo.
En cuanto al tipo de agua a elegir para hidratar a los niños con diabetes, Jesús Román lo tiene claro: “sin duda, el Agua Mineral. Esta agua, al ser pura y natural, no necesitar ni recibir ningún tratamiento químico para su desinfección y ofrece todas las garantías de seguridad alimentaria. Constituye la bebida más esencial para hidratar a nuestros hijos”.
Además, al “presentarse en envases ergonómicos, de diversos tamaños, permiten que el pequeño pueda llevarse al cole, al parque o allí donde vaya en su mochila su botellita de agua. Y asegurarse una hidratación segura y de calidad a lo largo del día, allí donde esté”, añade.
Educación diabetológica
A la hora de enseñar a los más pequeños a tratar esta patología, según explica el presidente de la FEDE, entran en juego muchas personas, que favorecen su aprendizaje. Y, poco a poco, van guiándole hacia un control más autónomo de su patología.
En primer lugar, se sitúan los profesionales sanitarios y las familias, que ayudan a sus hijos con diabetes en tareas rutinarias. Y no siempre fáciles como la medición de sus niveles de glucosa. El suministro de insulina o el control de las posibles situaciones de hiperglucemia e hipoglucemia.
Además, se debe tener en cuenta que los jóvenes con diabetes pasan una parte importante de su día en los centros escolares. Y, por eso, desde la FEDE estamos trabajando para que en los colegios se cuente con la figura de la enfermera escolar. Lo cual favorecería la educación y el control de la diabetes de los jóvenes con diabetes. Pero también la educación en salud de toda la comunidad educativa en materia de alimentación, hidratación, ejercicio, etc.”, añade.
Pero esto no es todo. En lo que respecta a la educación en hábitos saludables para niños con diabetes, Andoni señala que “otro actor muy importante son las asociaciones de personas con diabetes. De hecho, cada año, decenas de asociaciones de toda España organizan campamentos de verano en los que estos jóvenes aprenden sobre su patología. En un espacio lúdico y seguro que favorece su desarrollo y mejora su autocontrol”.
Hoy en día, la diabetes infantil no es un problema. Se trata de una patología que puede tratarse cada vez con más recursos.
Por eso, si tu hijo o hija tiene esta patología, ¡ponte en manos de los profesionales y ayúdale a saber cómo llevar y disfrutar de una vida saludable plena!