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Señales de la deshidratación en tu piel y en tu cabello

Con el veranito, las altas temperaturas y las largas horas al sol, nuestra piel y nuestro cabello se resienten. Por eso, la hidratación de todo nuestro cuerpo adquiere una importancia mayor a la del resto del año y beber agua es uno de los factores fundamental para mantener el equilibrio interno.

En condiciones normales, el cuerpo pierde 2-2,5 l de agua diarios, que deben ser repuestos. No es necesario hacer grandes esfuerzos físicos para perder agua, por lo que es de vital importancia reponer todo lo que perdemos.

Nuestra prioridad no debe centrarse únicamente en el miedo a que nuestra piel envejezca, sino que hay que valorar también que una piel correctamente hidratada actuará como barrera de protección ante agentes externos nocivos.

Para que la piel se mantenga elástica y firme, el contenido de agua de la capa cornea debe oscilar entre el 10 y el 20%. Siempre que se baje de este porcentaje, la piel se volverá frágil y áspera perdiendo así, fuerza y luminosidad.

Asimismo, la cantidad de agua que contiene nuestra piel varía en función de distintos factores externos, como el viento, el sol o la alimentación; e internos, como nuestra genética. Por eso, en función del nivel de deshidratación, hay que saber reconocer las distintas señales que nos da nuestro cuerpo:

  • La deshidratación leve que tiene su reflejo en la sed, es la más común y por lo general, si son casos puntuales, no se ve reflejado en nuestra piel. Es posible que nos duela la cabeza, sintamos mareos y cansancio.
  • En caso de deshidratación moderada la falta de elasticidad en la piel se hace patente. También sentiremos sequedad en la boca y disminuirá nuestro volumen de orina.
  • Con una deshidratación grave, nuestra piel se tornará fría y húmeda. Este grado está caracterizado por una sed extrema, falta de volumen de orina, aceleración de la respiración y alteración del estado mental.

Saber reconocer estas pistas será importante para evitar que nazcan, por ejemplo, las temidas marcas de expresión o arrugas y mantenernos siempre hidratados.

Por eso, cuando sentimos que nuestra piel está seca y con poca luminosidad, debemos seguir una serie de cuidados que evitaran su deterioro. Además de tomar medidas preventivas, es fundamental evitar temperaturas extremas, el aire caliente seco emitido por muchos acondicionadores, así como evitar la sobreexposición a los rayos ultravioleta del sol.

El pelo también sufre

Tener el cabello sano, brillante y cuidado será un fiel reflejo de tu estado de salud. El agua del mar, los productos químicos de las piscinas y el sol tienen un efecto dañino sobre el cabello. Sobre todo si está teñido o se ha abusado de la plancha, es aconsejable hacer un corte para eliminar las puntas abiertas y utilizar ‘mascarillas regeneradoras que lo saneen.

Asimismo, existen una serie de rituales que ayudaran a recuperar la hidratación y frenar su caída. Al contrario de lo que se piensa, lavar el cabello con frecuencia será beneficioso para mantenerlo cuidado, siempre que se utilicen champú adecuado.

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