El verano, además de disfrutar de más horas de sol, jornadas laborales con horario intensivo para algunos y los tan deseados días de vacaciones para otros, requiere de un cuidado especial de aquellos trabajadores más expuestos al calor, sobre todo en aquellos días en los que el termómetro se dispara.
Evitar un posible accidente de trabajo por golpe de calor, provocado por el sol, es una de las más importantes tareas de muchas empresas durante esta época ¿Quieres saber cómo lo consiguen?
En primer lugar, comenzaremos por definir lo que es un accidente de trabajo. Según nos cuenta Susana Romero, de la Junta Directiva de la Asociación de Especialistas en Prevención y Salud Laboral (AEPSAL), la legislación determina que “un accidente de trabajo es toda lesión corporal que el trabajador sufra con ocasión o por consecuencia del trabajo que ejecute. Así, se entiende por lesión todo daño o detrimento corporal causado por una herida, golpe o enfermedad. Se asimilan a la lesión corporal las secuelas o enfermedades psíquicas o psicológicas”.
Así, una de las patologías más frecuentes durante la época estival es el estrés térmico por calor. Este, según destaca Susana, “es la carga de calor que los trabajadores reciben y acumulan en su cuerpo y que resulta de la interacción entre las condiciones ambientales del lugar donde trabajan, la actividad física que realizan y la ropa que llevan.
Ahora, la siguiente pregunta es: ¿Cuándo el estrés térmico es peligroso? Romero cita las siguientes circunstancias:
- En trabajos en sitios cerrados o semicerrados.
- Sitios donde el calor y la humedad sean elevados, debido al proceso de trabajo o condiciones climáticas de la zona y la ausencia de medios para reducirlos: fundiciones, acerías, fábricas de ladrillos, fábricas de cerámica, plantas de cemento, hornos, panaderías, lavanderías, fábricas de conservas, minas, invernaderos, etc.
- Donde se realice una actividad física intensa o donde los trabajadores lleven trajes o equipos de protección individual que impidan la eliminación del calor corporal.
- En los trabajos al aire libre, como en la construcción, agricultura, etc.,
Según Ana Belén Verdú, técnico superior de Prevención de Riesgos Laborales de Securitas, entre los accidentes más comunes en trabajadores con una mayor exposición al aire libre y al sol, durante la época estival, destacan los golpes de calor, las quemaduras solares y las picaduras de insectos, entre otros. Así, asegura “son riesgos que deberemos tener presentes a la hora de realizar las evaluaciones de riesgos e implantación de medidas preventivas, ya que las consecuencias de ellos pueden llegar a ser graves”.
Además, respecto a los accidentes de trabajo más comunes en verano, Susana Romero destaca los siguientes:
- Riesgo de caída: La exposición al calor (elevadas temperaturas) y a las radiaciones solares, hace que se produzcan más accidentes laborales debido a bajadas de tensión, la deshidratación o mareos, que pueden provocar caídas en altura y al mismo nivel y otros incidentes, además del aumento de la probabilidad de que un trabajador pueda sufrir un golpe de calor.
- Riesgo de estrés térmico: En el sector servicios (hostelería) el exceso de carga laboral derivada de largas jornadas laborales y de malas condiciones climáticas, pueden disminuir el rendimiento del trabajador, debido al cansancio por la falta de sueño y la mala climatización del lugar de trabajo , contribuyendo así a un aumento de incidentes y accidentes. A eso se ha de sumar el riesgo psicosocial derivado del estrés.
- Accidentes in itinere: Debido a que muchas empresas adoptan nuevos horarios durante el verano, cambiando a una jornada más compacta, los desplazamientos en coche se producen a las 14 y 15 horas, algo que combinado con a una temperatura cercana a los 40 grados y el hambre y la fatiga, pueden convertirse en una mala combinación.
¿Cómo evitar un golpe de calor en el trabajo?
Para evitar un golpe de calor en el trabajo, la técnico superior de PRL de Securitas destaca los siguientes:
- Dar a conocer a los trabajadores los síntomas de los trastornos producidos por el calor: mareo, dificultades respiratorias, palpitaciones, sed extrema… para que el trabajador pueda actuar en el momento que comience a sentirlos.
- Utilizar ropa de trabajo adecuada a las condiciones atmosféricas: preferiblemente, ropa holgada y que permita una buena transpiración.
- Proteger la cabeza con gorras, cascos o sombreros, según sea el trabajo a realizar.
- La higiene personal también es importante. La piel debe mantenerse siempre limpia para facilitar la transpiración.
- Dormir un número de horas adecuado y seguir una buena alimentación para mantener un alto nivel de tolerancia al calor.
- Mantenerse bien hidratado.
La dieta y la hidratación del organismo también constituyen elementos claves a la hora de evitar un golpe de calor en el trabajo en verano. Por eso, es tan importante llevar siempre una botellita de Agua Mineral o alguna pieza de fruta, sobre todo en esta época. En concreto, “la alimentación es un factor importante sobre el que podemos actuar para evitar un golpe de calor”, asegura Ana Belén.
Así, explica, “se deberán evitar las comidas calientes y con mucha grasa, debido a que la ingestión de ésta proporciona muchas calorías y eleva la temperatura corporal. En época de calor son recomendables las comidas ricas en frutas y verduras, ya que contribuirán a mantener una buena hidratación”.
Respecto a la hidratación, Verdú asegura que “es la más importante de las medidas preventivas para evitar golpes de calor. Hay que mantener el cuerpo convenientemente hidratado, bebiendo unos 2-2,5 litros de agua al día. Lo más conveniente es beber agua a pequeños sorbos cada cierto tiempo, incluso sin tener sed. Habrá que evitar las bebidas con cafeína y alcohol, ya que tienen un efecto diurético, lo que contribuirá a la deshidratación”.
Además, mantener el cuerpo hidratado tiene importantes beneficios para la salud de los trabajadores: “los empleados que están hidratados adecuadamente son más optimistas, productivos, muestran mayor concentración, tienen más energía y son menos propensos a padecer dolores de cabeza y cansancio. Una correcta hidratación puede prevenir muchos accidentes laborales y situaciones de bajo rendimiento, así como mejorar la sensación de bienestar de los trabajadores”, explica Ana.
Para hidratarse, Susana destaca que “la mejor forma de hacerlo es con Agua Mineral”. Y es que, tal y como asegura el Instituto de Investigación Agua y Salud (IIAS), los envases de Agua Mineral se presentan en distintos formatos ergonómicos y adaptables a cada estilo de vida, por lo que permiten llevarlos cómodamente al trabajo y mantener una hidratación segura y de calidad a lo largo de toda la jornada laboral.
Para conseguirlo, el Instituto de Investigación Agua y Salud (IIAS) recomienda mantener, durante las horas de trabajo, una botella de Agua Mineral a la vista. De esta manera, al verla, el trabajador recordará la necesidad de hidratarse y así evitar la sed.
Con todos estos consejos, este verano… ¡ni un golpe de calor!