Si tu bebé ya sabe hablar, seguramente, te pedirá agua él solo, pues su sensación de sed será mayor, pero no te confíes, porque su producción de vasopresina, la hormona que entre otras cosas regula la sed todavía es limitada, por eso ofrécele a menudo agua, por si acaso. Con mayor motivo, si el bebé aún no pronuncia la palabra agua y no es capaz de expresar su sed. La prevención es el mejor tratamiento para la deshidratación.
Los bebés no regulan bien su temperatura. Su cuerpo no se refrigera con la misma eficiencia que el de los adultos, puesto que su sistema de regulación de temperatura es todavía inmaduro.
Debido a que le sistemas de regulación de temperatura de los bebes es todavía inmaduro, pueden sufrir bruscas alteraciones de la misma. Además en los recién nacidos, el sudor no es tan visible como puede serlo en un niño mayor. Y podemos no darnos cuenta de que están perdiendo su nivel de agua corporal óptimo. Por todo ello, deberemos tener mayor precaución a la hora de mantenerlos hidratados y estar muy atentos a los signos de deshidratación para evitar cualquier problema.
Una correcta ingesta de agua es necesaria para poder garantizar la salud y la calidad de vida de nuestro bebé. Los menores de un año deben ser considerados de forma especial en cuanto a las pérdidas y necesidades de agua, ya que requieren más líquidos por su mayor superficie acuosa, en función del peso corporal, y por la menor capacidad de sus riñones para realizar la función excretora, por lo que conviene ayudar a diluir los solutos bebiendo una mayor cantidad de agua.
Los bebés tienen una composición tres veces mayor en su proporción de agua/peso corporal que el adulto
Durante los seis primeros meses de vida de un bebé, el 74 % de su peso corporal es agua y pasa a ser el 60% durante los seis meses siguientes. En los lactantes, aunque el requerimiento medio de agua es de 75 a 100 ml al día, es recomendable dispensarles 150 ml al día porque son numerosos los factores que pueden aumentar el riesgo de deshidratación.
De los 6 a los 12 meses de vida, la ingesta media diaria de agua se calcula en 110-120 ml/día, teniendo en cuenta todas las fuentes: la leche, las papillas y el agua que beben. El agua es la bebida fundamental sin olvidar el papel de la leche. En este sentido, es conveniente recordar que las comidas del niño deben acompañarse con agua.
Es importante recordar que los expertos recomiendan el Agua Mineral Natural desde la infancia. Es un producto natural y puro que está libre de patógenos y parásitos. Siendo totalmente sana bacteriológicamente, por su procedencia de acuíferos subterráneos preservados de toda contaminación.
Trucos para preparar el biberón de tu bebé
Por tanto, es ideal para utilizarse, por ejemplo, en la preparación del biberón y las papillas del bebé, ya que, a diferencia del agua del grifo, no hay necesidad de hervir el Agua Mineral Natural y está libre de tratamientos químicos..
En España hay una variedad muy amplia de Aguas Minerales a nuestra disposición, que se adaptan a todas las necesidades.
Así que ya sabes, el Agua Mineral es ideal para nuestros pequeños. Es segura, saludable, natural y pura. Que no se te olvide, este verano, el Agua Mineral Natural es tu gran aliada para combatir la deshidratación de tu bebé.